Sumamos a cuatro nuevos socios para avanzar en la ampliación de los espacios marinos protegidos y su gestión eficaz. En concreto, se suman la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y la Agencia de Medio Ambiente y Agua; el centro tecnológico AZTI y las universidades Politécnica de Valencia y Alicante.
Estas entidades se unen al equipo de socios que trabaja de manera coordinada desde el inicio del proyecto en 2017 y que integra a una representación diversa de competencias e intereses.
Forman parte del LIFE INTEMARES el propio Ministerio, que ostenta las competencias en la gestión de la Red Natura en el medio marino a través de la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación; el Instituto Español de Oceanografía (IEO), entidad de referencia en España en el conocimiento científico del mar; la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), organización empresarial pesquera de ámbito nacional más representativa de la Unión Europea; así como dos ONG con amplia experiencia en la conservación de la biodiversidad marina, como son SEO/BirdLife y WWF España.
Con estas nuevas incorporaciones reforzamos la investigación y la conservación de la biodiversidad marina, las nuevas tecnologías para el seguimiento de hábitats y especies, así como la gobernanza y la cooperación institucional.
IMPULSAR EL EMPRENDIMIENTO AZUL
En particular, la Junta de Andalucía desarrollará actuaciones para mejorar el conocimiento y el seguimiento de hábitats marinos. También implicará a los diversos agentes del territorio en la gestión de los espacios protegidos, emprenderá acciones de sensibilización y asegurará la puesta en marcha de mecanismos para mitigar el impacto de actividades recreativas sobre hábitats de interés comunitario, principalmente praderas de posidonia, arrecifes y cuevas submarinas. Así mismo, impulsará el emprendimiento azul en lugares de la Red Natura en el medio marino de Andalucía.
Por su parte, AZTI participa junto al IEO en las campañas de investigación que se desarrollan para la declaración de nuevos espacios marinos protegidos, en concreto, en el sistema de cañones submarinos de Cap Bretón, que alberga especies y hábitats de alto valor ecológico. También participa en las acciones de marcaje y seguimiento de pardela balear, junto al MITECO y SEO/Birdlife, para conocer mejor esta ave marina, la más amenazada en Europa.
La Universidad de Alicante también trabaja junto al IEO, a través de su unidad mixta, en campañas oceanográficas en Cabo Tiñoso, en Murcia, con el objetivo de aumentar el conocimiento de hábitats y especies marinos en el área comprendida entre el Escarpe de Mazarrón, Seco de Palos y campo de pockmarks, unas estructuras submarinas causadas por emisiones de gases.
Por último, la Universidad Politécnica de Valencia también colabora con el IEO en el desarrollo tecnológico de una red de observación marina basada en plataformas que permiten estudiar la dinámica del fondo marino, campos de corrientes, materia en suspensión y el ruido submarino, así como en la utilización de vehículos submarinos no tripulados para la monitorización de hábitats y especies. También desarrollan marcas electrónicas y acústicas en el seguimiento de especies para estudiar la conectividad entre espacios protegidos.
AUMENTO DE LA SUPERFICIE MARINA PROTEGIDA
Desde el inicio del proyecto, en 2017, se han implicado directamente más de 770 organizaciones, que han participado en diversas actuaciones para conseguir que el aumento de áreas marinas protegidas vaya asociado a la mejora del conocimiento, así como al refuerzo de la coordinación y una estructura de gobernanza desde un enfoque participativo que integre a todos los gestores, agentes y usuarios del mar.
En este sentido, España está avanzando en la prioridad de alcanzar el 30% de áreas marinas protegidas y bien gestionadas en 2030, tal y como marcan la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea y la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental declarada por el Gobierno de España. En tan solo unos años, España ha pasado de proteger menos del 1% de la superficie marina a más de un 12% actualmente. Gracias a este gran logro, España es uno de los pocos países europeos que ha superado el umbral del 10% de cobertura al que se comprometió en el Convenio de Diversidad Biológica (CBD).
Con el proyecto LIFE INTEMARES, España se marca el objetivo de llegar a una cobertura de más del 15% de superficie marina protegida en 2023. La integración de fondos, políticas y actores constituye uno de los cimientos sobre los que se sustenta para lograr esta meta.
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