En España se han observado cinco de las siete especies de tortugas marinas existentes en el mundo. Las tortugas boba, laúd, verde, carey, lora, plana y olivácea (estas dos últimas no vistas en España) se caracterizan por ser especies altamente migratorias que utilizan las aguas españolas como zonas de alimentación, desarrollo y como lugar de paso en sus largos viajes transoceánicos. Pero, en algunos casos, también se acercan a las costas para nidificar.
Todas ellas se encuentran amenazadas a nivel global debido a numerosos factores derivados de las actividades humanas, como la pérdida y degradación de hábitats esenciales -incluidas las playas de puesta-; las interacciones con diversas pesquerías; la contaminación y las basuras marinas o el comercio ilegal internacional de los productos que derivan de ellas, entre otros.
La más popular es la boba (Careta caretta), pero las tortugas laúd (Dermochelys coriacea) y verde (Chelonia mydas) también se observan con frecuencia en los mares españoles.
Aunque no nidifica en España, muchos juveniles de tortuga verde pasan por zonas marítimas cercanas al litoral de las islas Canarias. Esta especie, catalogada “en peligro” por la UICN, cuenta con un caparazón que cambia de tonalidad a medida que crece. Si bien el de las crías es predominantemente negro o gris oscuro, cuando llegan a la edad adulta cambian a un color oscuro verde oliva. Pero, lejos de lo que podría pensarse, su nombre común deriva del color verde de su grasa corporal.
La presencia de esta especie en aguas españolas es poco frecuente. Sólo se han hallado individuos de forma ocasional en Galicia, Asturias, Canarias, en las Islas Chafarinas, Mar de Alborán, Baleares, Levante y Cataluña. También en las islas Canarias, donde se han constatado áreas óptimas para su alimentación, por lo que es necesario reforzar el estudio de estas poblaciones y la conservación de estas zonas.
La segunda especie más común en el litoral español, después de la tortuga boba, es la laúd. Destaca por su gran tamaño y su peculiar caparazón, formado por siete quillas longitudinales cubiertas de una piel resistente.
Es toda una experta en el consumo de medusas y otros invertebrados gelatinosos, alimentos que busca en el Atlántico Norte desde las islas Canarias, Mediterráneo y Cantábrico hasta latitudes más altas como Gran Bretaña y los países nórdicos.
Se caracteriza por sus largas migraciones transoceánicas desde aguas tropicales, donde se reproducen, hasta aguas muy frías para encontrar abundante alimento. No se conoce anidación estable en zonas templadas, aunque sí se han observado casos aislados en playas de mayor latitud como en Cabo Verde y las islas Canarias. En la actualidad, se encuentra catalogada como “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y “en peligro” por el Libro Rojo de los Vertebrados de España.
Con objeto de favorecer su conservación, el proyecto LIFE IP INTEMARES impulsará diversas actuaciones para mejorar el conocimiento sobre el origen de sus poblaciones y si existen áreas críticas que hay que conservar para mejorar la protección de las especies. Estas actuaciones podrán contribuir a establecer líneas futuras de cooperación y coordinación con los estados que gestionan las playas de anidación.
Las tortugas laúd, verde y boba estarán incluidas dentro de la Estrategia de conservación de tortugas marinas, cuya creación se impulsará en el marco del proyecto LIFE IP INTEMARES y que sentará las bases de los planes de conservación específicos que elaborará el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Además, el Ministerio también ha impulsado la creación de un protocolo común de actuación para las tortugas marinas varadas en el litoral español o que ingresen en los centros de recuperación con el fin de mejorar el conocimiento de estas especies y sus principales amenazas en el mar. Hasta la fecha, se aplican diferentes protocolos y la información disponible resulta, en ocasiones, escasa y heterogénea.
Un proyecto participativo
El LIFE IP INTEMARES, el mayor proyecto de conservación del medio marino en Europa, persigue conseguir una red de espacios marinos de la Red Natura 2000, gestionada de manera eficaz, con la participación activa de los sectores implicados y con la investigación como herramientas básicas para la toma de decisiones. El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente también como socio mediante la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar.
Participan también como socios el Instituto Español de Oceanografía, WWF-España, SEO/BirdLife y la Confederación Española de Pesca. Cuenta con la contribución financiera del Programa LIFE de la Unión Europea, así como del Fondo Social Europeo y el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca, entre otras fuentes de financiación.
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